La ultraderecha está haciendo mucho daño a nuestras sociedades y sobre todo a los colectivos más vulnerables. A esos que han vivido a la sombra durante toda la historia de la humanidad. A esos que hemos oprimido sin vergüenza ninguna durante siglos y siglos. A esos que apenas ahora comenzaban a respirar un poco más tranquilos. Las mujeres. Los gays. Las lesbianas. Las personas trans. Sus discursos de odio son inmorales, sí, pero es que además están sustentados en un repertorio de falsedades espectacular. Como la de que la mayoría de personas trans que transicionan se arrepienten y quieren volver en algún punto a su estado inicial. Los datos lo desmienten.
¿Qué datos? Los de la encuesta Health and Well-Being: Findings from the 2022 U.S. Trans Survey, realizada con la mayor muestra ever compuesta por 92.329 personas trans, de las cuales 84.170 eran adultas. ¿Y por qué estamos hablando de ella en 2025? Pues porque un grupo de científicxs ha decidido sacarla del ostracismo y realizar un estudio a partir de los resultados. Así sabemos, por ejemplo, que el 94% de quienes han transicionado reportan estar más satisfechos con su vida que antes, que el 97% de quienes se sometieron a cirugía son más felices o que el 98% de quienes recibieron terapia hormonal han alcanzado una mayor satisfacción vital.
Unos datos que generan felicidad. Y es que detrás de ello hay decenas de miles de historias personales de superación y de sufrimiento. Saber que se sienten más plenas reconforta el corazoncito. Esa es la sociedad que nos gusta. ¿Y qué hay de quienes han decidido dar un paso atrás y destransicionar? Pues, para empezar, es solo un 9% de la muestra, y la mayoría revelaron que lo hicieron por presión social, para no sufrir discriminación transfóbica o para no sufrir acoso. El porcentaje de personas trans que destransicionó voluntariamente es solo del 4%. Y estas personas merecen nuestra atención. Faltaría más. Pero que no se usen propagandísticamente.
Lo más grave de todo esto es el sufrimiento triple que están viviendo esas personas trans obligadas a destransicionar para no ser discriminadas. Primero al no sentirse identificadas con su cuerpo de nacimiento. Luego al ser objeto de burla y agresiones cuando han transicionado. Por último, al volver al punto inicial y experimentar la angustia de no sentirse identificadas de nuevo. Los datos del informe son claros: el 39% de las personas trans es acosada en internet, el 30% padece acoso verbal en la vida real y el 3-4% ha sufrido ataques físicos. Debemos protegerlas de los salvajes que se quieren adueñar del mundo y convertirlo en una gigantesca prisión.